A causa del juego de ajedrez
murieron los dos últimos Incas del Tahuantinsuyo: Atahualpa y Manco Inca y
aunque parezca el dato falso y novelesco, es verdadero, como paso a demostrarlo
a continuación:
Sin embargo a nadie se le había
ocurrido enseñar el movimiento de las piezas a Atahualpa quien veía sin decir
palabras; pero una tarde fatídica para él y mientras jugaban el Tesorero Alonso
Riquelme y el Capitán Hernando de Soto y cuando éste iba a mover un caballo
para atacar el flanco de su enemigo, sintió que el Inca le tocaba el brazo y
decía: "No capitán no..... el Castillo."
"De Soto estudió el
movimiento y luego de una breve pausa movió dicha pieza y en dos jugadas más
concluyó la partida con el consabido "Jaque mate" para el Tesorero;
quien, vengativo como un gitano por descender de moros y gitanos de las
Alpujarras, jamás olvidó la vergüenza de verse derrotado por un indio novato en
la ciencia del Ajedrez.
Un mes después Pizarro convocó un
Consejo de Justicia para juzgar la conducta de Atahualpa y determinar si lo dejaban
libre o condenaban a muerte y veinticuatro jueces sacados de entre los
principales capitanes de la conquista discutieron el asunto, trece lo
declararon culpable y solo once proclamaron su inocencia, ajusticiándosele en
aquella ciudad. Uno de los trece fatales votos fue depositado por el Tesorero y
algunos más salieron de los ajedrecistas que concurrían por las tardes a la
pieza del Inca y que, como los reyes no pueden rozarse con la plebe, habían
sido despreciados; pues al tratar de jugar con Atahualpa, éste les contestaba
invariablemente "No gracias, yo juego muy poquito y vuestra merced
mucho...." pero no lograba engañarlos, de suerte que salían muy
disgustados y hasta verdes de las iras y así concurrieron al famoso Consejo
donde lo condenaron a muerte.
Ajusticiado Atahualpa, el Imperio
quedó sin cabeza y Pizarro más asustado que nunca pues se veía rodeado de
indios vengativos y para aplacarlos un poco se fue al Cusco en 1534 y ofreció
reconocer sus derechos y propiedades a los principales Caciques, a quienes
decía que había llegado para vengar muerte de Huascar, matando a su asesino.
Acto seguido proclamó al hermano
de Huascar, joven de dieciocho años. llamado Manco, quien pocos meses después
se disgustó con Juan y Hernando Pizarro y huyó con algunos de sus subditos a
Vilcabamba donde estableció la capital y al año justo recibió la visita de
varios españoles que le pidieron su ayuda en la guerra contra los Pizarro.
Manco Inca los ayudó enviando gentes para que pelearan por el bando de los
almagristas y cuando estos fueron derrotados, les dio cordial refugio en
Vilcabamba, contándose entre los principales a los Capitanes Diego Méndez y
Gómez Pérez, que lograron españolizar al joven emperador enseñándole las
costumbres peninsulares y el idioma castellano, pero una fatídica tarde en que
Gómez Pérez jugaba al ajedrez con Manco Inca, delante de dos o tres mirones, el
emperador que no era tan inteligente como su medio hermano Atahualpa, quiso
enrocar su rey cuando ya lo había movido con anterioridad y al ver esto su
contrario, dizque exclamo "Es tarde para ese enroque, señor fullero",
que en buen castellano significa "tramposo" y en oyendo tamaño
insulto el Emperador decidió no dar su brazo a torcer, por principio, pero su
contrincante, dirigiéndose a Diego Méndez, volvió a insultarlo; "Mire
Capitán, con la que me sale este Indio hijo de....."
Y se armó Troya, porque Manco
Inca alzó la mano y asestó un tremendo bofetón al atrevido, que lo sacó de la
silla donde estaba; mas, el español, que no era manco ni pintado en la pared,
sino soldado y de los buenos, con su daga asestó dos mortales puñaladas al
monarca, que a los dos días pasó a mejor vida.
Esta escena habían sido observada
por la guardia indígena que salió de su sitio y mató a los españoles. Al
cadáver del asesino arrojaron fuera de Vilcabamba y saliendo en tropel no
dejaron español vivo en quinientas millas a la redonda, vengando la muerte del
último Emperador, asesinado por chambón.
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