El dios supremo de los Incas era
"Apu Kon Titi Wira Kocha", que significa "Supremo Señor del
fuego y de todo el conjunto de la tierra y el agua" y correspondía a un
culto monoteísta existente desde épocas inmemoriales en el templo de
Pachakamaj, muy cerca de la actual ciudad de Lima.
Este Dios Unico, creador de todo
lo existente en el universo, no era propiamente quechua y fue admitido en la
religión de los Incas al ser incorporadas las tierras del rey Juyus Manko; sin
embargo, los Incas creían desde muy antiguo en la existencia de tres mundos o
reinos llamados Janán Pacha o mundo de arriba (cielo) Cay Pacha o mundo del
medio (tierra) y Uku Pacha o mundo de abajo (infierno) que explicaban por medio
de la leyenda de las dos serpientes.
Dos seres míticos recorren los
tres mundos. Empiezan por dentro, pasan por aquí y siguen hacia arriba. Uno es
Yaku - Mama y el otro es Sacha - Mama. Ambos están representados por dos
serpientes; una culebra de agua y la otra de dos cabezas: Sacha - Mama quiere
decir, serpiente de árbol o selvática. La primera repta y se convierte en un
gran río, madre de las aguas.
La otra camina verticalmente y
tan despacio que no se percibe su movimiento y se asemeja a un árbol viejo. Con
la cabeza hacia arriba va alimentándose de todos los seres voladores, aves,
insectos y con la cabeza baja va atrayendo a todos los animales que están en la
superficie.
Al pasar al mundo de arriba Yaku
Mama se convierte en rayo y Sacha - Mama en el arco iris que es una deidad que
fertiliza a las plantas, dándoles color a los seres en general. El rayo es El
dios de las aguas que cae sobre la tierra en forma de lluvia, con la tempestad
y el relámpago. Así, estos tres mundos se hallan unidos por estos dos seres
míticos, dioses del agua y de la fecundidad. Y el sol ¿Qué significa en esta
mitología? ¿Qué atributos se le asignan? Es una deidad a la manera del Zeus de
los griegos, que tiene de humano y de divino porque engendra seres, sus Churis,
hijos, pero que nacen en la tierra.
En consecuencia es un dios
intermedio entre el cielo y la tierra, un enlace con sus Intip Churin, o sea,
con los hijos del sol; pero más que nada es un dios de la agricultura al que se
le ofrenda el primer vaso de chicha al comenzar la rotura de la tierra para los
sembríos. Es el que dá calor, fertiliza el crecimiento de las plantas y la
correspondiente cosecha, proporcionándole su utilidad. El sol era la religión
oficial del Imperio, aunque los emperadores no creían en su divinidad".
Pachakutek, el más inteligente y
sabio de los Incas, había dicho en cierta ocasión que "el sol se parecía a
una res amarrada, dando vueltas en el mismo sitio", con lo que trataba de
explicar el fenómeno científico de la rotación de la tierra sobre su propio
eje, que hace aparecer y desaparecer al sol cada veinticuatro horas. Así era de
mágico el mundo de nuestros antepasados indígenas porque vivían aún en la edad
de bronce, de la aleación de los metales, nada más.
Esta leyenda de las dos
serpientes tuvo tal difusión que aún hoy los Cayapas de las selvas de
Esmeraldas creen en la existencia de una serpiente gigantesca y misteriosa que
habita en el fondo de la selva, en su parte más inaccesible y que cada setenta
años baja por el río Santiago hacia el Esmeraldas y el mar, donde vive la otra
serpiente y allí desoba y regresa. Ciclo que se renueva siempre, desde épocas
inmemorables. Mientras la serpiente pasa todo es silencio mortal porque
hipnotiza con los ojos y devora lo que encuentra a su paso. A estas dos
serpientes le llaman las Madres de las Aguas.
También es curioso recordar que
el escudo nobiliario de la familia Imperial de los Incas concedido por Felipe
II a Beatriz Colla, hija de Manco Inca II, cuando contrajo matrimonio con
Martín Oñez de Loyola, se compone de un arco iris con sus siete colores y de
dos serpientes que se miran. Estas armas están refrendadas por Cédula Real cuyo
original se guarda en el Archivo de Indias de Sevilla.
Hay algo más, el Inca Wirakocha
propiamente no se llamaba así; gobernó entre 1370 y 1430 y dio fin a un
período, que puso en peligro la estabilidad del Imperio. Le correspondió ocupar
el octavo puesto entre los descendientes de Manko Capak y Mama Okllo y fue
divinizado en vida, recibiendo el tratamiento de semidiós, por ello su nombre
fue tomado de la suprema deidad. No hay que confundirlo con el Dios Wira Kocha
Kon Tiki Dios supremo del Imperio.
La Legislación Incásica
descansaba en un Código moral sintetizado en tres aforismos: 1) Ama Sua, no
seas ladrón, 2) Ama Hulla, no seas mentiroso y 3) Ama Kella, no seas ocioso,
que se repetía como saludo en los caminos. La violación de estos preceptos era
castigada con penas que podían ir de los azotes a la muerte por ahorcamiento,
despeñadero o sumersión. A los culpables de delitos se los azotaba y cuando
alguien robaba por necesidad se castigaba a la autoridad seccional por no haber
velado por sus inferiores jerárquicos ni haber distribuido bien los bienes de
consumo.
También existían delitos
políticos y religiosos como atentar contra la vida del monarca o de las
autoridades o violar a las vírgenes del Sol. En estos casos se mataba al
causante y a su familia y hasta podía terminarse con toda su comunidad. Tan
graves eran las penas.
El calendario Incásico era de
tipo agrario y estaba destinada a marcar los trabajos. Enero era para pesca
mayor y arreglo de las sementeras. Febrero para siembra de verduras, frutas e
higuerilla. Marzo o maduración de la tierra en choclos, parición del ganado y
siembra en la costa. Abril o pascua del rey. Mayo, regocijo y canto de la
cosecha, desgranes y terminación de los tejidos de ropa en las colectividades.
Junio era dedicado a la cosecha de papas y la pesca menor. Julio para preparar
sembríos. Agosto para sembrar las chacras. Septiembre era la pascua de la
reina. Octubre para la pascua de la lluvia y la comida pública, Noviembre mes
de los muertos y riego de las sementeras y Diciembre para la pascua mayor del
Sol.
Si observa con detenimiento este
Calendario hallarán muchas similitudes con el nuestro. ¿Meras Coincidencias?.
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